Esta mañana, sobre las 12 del mediodía, he tenido que presenciar la realidad de un país en mis propias carnes. Hoy había convocada una manifestación en la plaza del Ayuntamiento, con marcha incluida hasta la sede del consulado de Estados Unidos en Valencia, una manifestación a la que hemos acudido apenas 300 personas. La causa merece una asistencia mucho más importante, una repercusión y una mayor presencia de las fuerzas políticas de este país, pero allí no había más que una representación de lo que es España, una panda de desganados que no se queja por nada.
Porque en este país hemos aguantado subidas del combustible hasta límites insoportables, una tasa de paro del 20%, el cierre de muchísimas empresas, que nos suban el IVA, que seamos el hazmerreir de Europa, que nuestro peso político sea equivalente a Ecuador o Venezuela... pero aquí nadie sale a la calle por nada. Aquí sólo se sale a la calle si se va a descender a segunda B al Sevilla o al Celta, se sale a la calle porque el que manda es Aznar, pero cuando realmente se tiene que salir a pedir justicia, nos quedamos en casa viendo la televisión.
En descarga de muchos hay que decir que los medios tampoco se hicieron eco de la manifestación, muchos nos enteramos a última hora y nos plantamos allí con prisas, pero no es excusa para que sólo nos reunamos 300 personas para reclamar algo que es tan claramente injusto. Tan amigo que es nuestro Zapatero del moreno, que siendo ateo radical va a plantarse en el famoso desayuno cristiano (supongo que para descolgar los crucifijos de las paredes), ¿no puede hablar con Obama para alcanzar un acuerdo? Como dice mi novia desde su sabiduría, si ésto le pasa a un francés, Sarkozy se planta con un par de huevos y saca a su gabacho de la cárcel estadounidense en menos que canta un gallo.
Me hace mucha gracia, por no decir que me da pena, que el primero que le ha cantado las cuarenta públicamente a Zapatero en cuestión de trabajo ha sido un eurodiputado alemán, que no se cortó un pelo en darle en la cara al papá de las Osbourne, con la tasa de paro español. Ni la oposición, si es que puede llamarse así, ha sido capaz de sacarle un mínimo de 10 puntos en las encuestas a un gobierno que no hace una buena. Si no somos capaces de hacer justicia con la situación de María José Carrascosa, si no somos capaces de movilizarnos por algo tan sangrante, es que no somos capaces de hacer nada por mejorar nuestro país.
Seguramente, si hubiera que manifestarse por la prohibición del tabaco en cada lugar público y la aplicación de multas a los insolidarios que encienden su pequeña cápsula de cancer dónde no está permitido, se congregarían en la calle miles de personas.
Porque en este país hemos aguantado subidas del combustible hasta límites insoportables, una tasa de paro del 20%, el cierre de muchísimas empresas, que nos suban el IVA, que seamos el hazmerreir de Europa, que nuestro peso político sea equivalente a Ecuador o Venezuela... pero aquí nadie sale a la calle por nada. Aquí sólo se sale a la calle si se va a descender a segunda B al Sevilla o al Celta, se sale a la calle porque el que manda es Aznar, pero cuando realmente se tiene que salir a pedir justicia, nos quedamos en casa viendo la televisión.
En descarga de muchos hay que decir que los medios tampoco se hicieron eco de la manifestación, muchos nos enteramos a última hora y nos plantamos allí con prisas, pero no es excusa para que sólo nos reunamos 300 personas para reclamar algo que es tan claramente injusto. Tan amigo que es nuestro Zapatero del moreno, que siendo ateo radical va a plantarse en el famoso desayuno cristiano (supongo que para descolgar los crucifijos de las paredes), ¿no puede hablar con Obama para alcanzar un acuerdo? Como dice mi novia desde su sabiduría, si ésto le pasa a un francés, Sarkozy se planta con un par de huevos y saca a su gabacho de la cárcel estadounidense en menos que canta un gallo.
Me hace mucha gracia, por no decir que me da pena, que el primero que le ha cantado las cuarenta públicamente a Zapatero en cuestión de trabajo ha sido un eurodiputado alemán, que no se cortó un pelo en darle en la cara al papá de las Osbourne, con la tasa de paro español. Ni la oposición, si es que puede llamarse así, ha sido capaz de sacarle un mínimo de 10 puntos en las encuestas a un gobierno que no hace una buena. Si no somos capaces de hacer justicia con la situación de María José Carrascosa, si no somos capaces de movilizarnos por algo tan sangrante, es que no somos capaces de hacer nada por mejorar nuestro país.
Seguramente, si hubiera que manifestarse por la prohibición del tabaco en cada lugar público y la aplicación de multas a los insolidarios que encienden su pequeña cápsula de cancer dónde no está permitido, se congregarían en la calle miles de personas.
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