Ambiciones

No quiero hablar de la familia Janeiro, no. La falta de ambición es la peor cualidad que puede tener alguien en esta vida. No se puede uno conformar con lo que tiene, hay que buscar mejorar cada día y querer alcanzar metas más altas.

Si en personas normales esto es básico, en los futbolistas profesionales aún más. El mejor ejemplo es el Valencia. La imagen dada el domingo ante el Nastic fue lamentable. No puedes dedicarte a defender un gol ante el colista de primera división y dejar que te saquen los colores en el minuto 92 con un gol de un tapón de botella como Ruben Castro.

El barraquero de Faraón Flores tiene los peores números fuera de casa de los últimos 10 años. Salimos lejos de Mestalla temerosos, encantados con el empate inicial y extasiados con un gol a favor... el problema viene cuando te remontan casi siempre y te quedas con la cara que imbécil que llevo yo desde hace dos días.

A mi no me vale de nada llegar a semifinales de Champions y quedar tercero en la liga. Si el señor Flores tuviera vergüenza, cosa que dudo, si no consigue un título este año debería largarse y dejar que alguien con ambición y ganas de triunfar llegue a Valencia.

Espero que llegue alguien que no se excuse cada vez que no obtiene un buen resultado en frases hechas ni en el cambio de competiciones. Esperemos que mi amigo Materazzi no nos la monte en la vuelta de la eliminatoria y podamos seguir adelante en Europa.

La Buena Educación

Siempre me he considerado una persona educada y con bastante paciencia. Intento que mi vehemencia nunca grite más que mi calma..pero hay veces que te empujan a la mala educación.

Ayer fui a devolver a una gran cadena de electrodomésticos un sintonizador TDT. Ya fui a devolverlo 6 días después de su compra y se negaron a devolverme el dinero, diciendo que sólo tenía 2 días para hacerlo desde su compra. A regañadientes lo acepté, cambiándolo por otro y dirigiéndome a mi casa para probarlo.

Al ver que me daba otro error distinto al anterior, ayer martes fui de nuevo a la tienda, habiendo pasado 10 días desde su compra. Se ofrecieron a cambiármelo de nuevo, a lo cual me negué rotundamente, exigiendo la devolución del importe.

El joven que me atendió, con aparato corrector en la boca y acné incipiente en su cara, se negaba rotundamente a realizar la devolución, señalándome un cartel inmundo que tenían colgado a la puerta del establecimiento, e indicándome que trataban a todos los clientes por igual. Yo le remití a la ley española, donde el consumidor tiene 15 días desde la compra para devolver el artículo, a lo cual, el empleado del mes de febrero, me dijo que esa ley no le valía, porque tenia un cartel a la puerta que marcaba una nueva ley dentro de aquellas cuatro paredes.

Creyendo que estaba en un universo paralelo, sin leyes, tuve que morderme la lengua y armarme de educación, cuando las cuerdas vocales de nuestro amigo articularon: "lo único que te se puede hacer...." Esta patada a la lengua de Cervantes hizo que se me rizaran los pelos del sobaco, pero contuve mis ganas de corregirlo y continué en mis trece.

Cuando volví a escuchar rasgar el diccionario con un nuevo "te se puede hacer un vale" estuve a punto de decirle que aprendiera a hablar, que era SE TE, como Guibernau, pero desistí y dije las palabras mágicas. No se equivoquen, no es por favor, es "deme la hoja de reclamaciones".

Ante las palabras mágicas, y tras una llamada a encargado de turno, se me devolvió mi dinero, pero, aunque el triunfo fue abrumador, se me quedó cierto regusto en la boca de pena. ¿Por qué no pueden hacerlo desde un principio y te tienen 10 minutos discutiendo cuando tienes la ley de tu lado?

Desde aquí, siguiendo con mi labor solidaria, invito a todos a hablar con educación... y si no obtenemos respuesta, utilicen la palabra mágica.

¿Libertad de expresión?

No, que no les engañe la cara de discapacitado, no es Stephen Hawking, es Arnaldo Otegui, uno de los mayores impresentables que campan por este país.

No creo que merezca presentación gente de esta calaña social. Me hizo gracia verlo en el frontón de Bilbao, apoyando a gente con el mismo nivel social que él. Allí, en aquel recinto deportivo, pude observar la degradación del ser humano. Gente que alardea de la falta de moral, del uso de la violencia, extorsión y asesinato para obtener un beneficio propio.

Lo mejor de todo es que si estos impresentables no se manifiestan en ese acto, apoyados por el calor humano de la friolera de 1000 personas... no nos engañemos, una nutrida representación de la población española, tiene huevos.... Como decía, si no se manifiestan, el ministerio de interior aún los está buscando en su afán de no parecer más inutil de lo ya nos parece a todos los españoles que somos objetivos y críticos.

Desde aquí, mi pequeño púlpito que pocos leen, pero al que yo le he tomado un cariño especial, sólo quiero desearle lo peor a mi "amigo" Otegui. Sigue comiendo como un cerdo, porque es así como te estas poniendo, y disfruta de esos actos propagandísticos rodeado de escoria, porque si hay justicia es este país, no tardarás en ducharte con otros 30 hombres que jugarán contigo a "tirolapastilladejabonytularecoges".

De mi "amigo" de Juana ya hablaremos otro día... os prometo a todos dedicarle un texto para celebrar que deja la huelga de hambre y coge peso... sus 35 kilos más los 20 que pueda pesar la caja de pino.