lunes, agosto 11, 2008

Somos un país borreguero


Si algo tiene este país, antes llamado España, es que es diferente en todos los aspectos. No voy a decir que es un país de pandereta, porque es una frase que a mi hermano le hace hervir la sangre, pero nadie puede negarme que somos un país borreguero.

Seguramente cualquiera de nosotros hemos visto alguna vez unas fiestas populares, de falleros, de patronas o cualquier otro acontecimiento de esos que nos gusta tanto para cogernos el día libre. En esas fiestas puede haber una paella gigante, una parrillada popular, fiesta de la cerveza...¿y que es lo que no falta en cada uno de esos acontecimientos? la masa borreguil de gente que parece que no ha comido en 1 mes. No seréis capaces de negármelo, ahí están los codazos, insultos, empujones... por un triste plato de paella gratis, por una longaniza medio quemada o por un vaso de cerveza tibio. Esas mujeres con el tupper en la mano que cargan para toda la semana, esos hombres con la barriga tensando el botón de la camisa... ese es el país en el que vivimos.

Otro lugar donde podemos ver a esta masa borreguera es en los conciertos... en este caso me incluyo el primero. Nos colocamos 5 horas antes de que empiece el concierto, empujándonos unos a otros, sudando y tragando el aroma del prójimo que va de hippie y no usa Axe. Cuando el calor te aprieta y crees desfallecer abren las puertas, y en ese momento te conviertes en una gacela del documental de la 2 corriendo como si el león estuviera mordiéndote los pies. Exhausto llegas al escenario, el primero si eras gacela lista y muy cerca del escenario si eres gacela con sobrepeso... y se vuelve a repetir el ciclo de la vida, estás otras dos horas apretándote con el prójimo y siempre tienes la suerte de encontrarte al hippie, que además de regalarte su aroma a ser humano te lo condimenta con un buen porro (ese el momento en el que si tuvieras un par de huevos le toserías en la cara o le mearías en las botas).

Tenemos otros muchos ejemplos de nuestra condición Ibérica, colas en los bancos, en las administraciones públicas, en el cine (incluso sabiendo que tienes el asiento reservado, porque sabes que siempre hay un impresentable que se sienta donde le sale de los mismos), en las playas... pero el ejemplo que más me quema es la autovía.

Todos los días circulo por la pista de Silla para ir hasta Valencia. Tiene cojones que circulando por el primer carril a 120km/h adelante a decenas de vehículos semanalmente. ¿Qué placer encuentran esos imbéciles circulando a 90 por el carril central o el izquierdo? ¿Por qué los camiones se adelantan unos a otros cuando van a la misma velocidad y tardan 1 minuto de reloj en pasarse? ¿Por qué a la furgoneta llena de moros y con un bulto en el techo que sobrepasa claramente el límite no la paran nunca y al ciudadano que va a trabajar cada mañana le buscan las cosquillas? Y lo más importante de todo, ¿por qué hay siempre un capullo que te va comiendo el maletero y echándote las largas si cuando te apartas y te adelanta se sale en la primera salida que aparece?

Sólo hay una respuesta para todas estas preguntas, somos borregos y es algo innato a nuestra cultura... por eso mismo Albelda acabará siendo aplaudido en Mestalla, tiempo al tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jose , estic apunt de plorar, que grans veritats.