martes, marzo 18, 2008

Hay mucho hijo de puta suelto


No me gusta empezar siendo tan explícito en mis comentarios.. pero hay cosas que claman al cielo. El viernes pasado, en vísperas de mi viaje a Madrid, me di una vuelta por el centro de Valencia. Arriesgándome a lidiar con fallas, falleros e impresentables, me decidí a ir en coche, ya que siento una especial aversión al transporte público desde que lo uso cada día para ir al matadero... o sea, al trabajo.

Pues dejé mi viejo, pero bien cuidado Focus en las cercanías de la Fnac, muy bien aparcado, y me di una vuelta por el centro de la ciudad. Hacía tiempo que no echaba un ojo a la capital, y me llamó mucho la atención la cantidad de niñatos con pelos raros, pantalones caídos, ropa interior a la vista y miradas desafiantes que había en las puertas de los comercios y grandes almacenes. Me veía obligado a esquivar a la multitud, colocada estratégicamente en zig-zag a las puertas de El Corte Inglés, sin otra ocupación que dar por el culo y molestar a la gente.

Esos niñatos, malcriados por sus padres, iban de un lado a otro, en un radio de 10 metros, obstaculizando las entradas a las tiendas, molestando y tonteando con las niñas... niñas muy pavitas, con el tanga a la vista y pintas dignas de la Avenida del Puerto. No hace falta decir que me pasé la tarde maldiciendo y tropezándome con aquellos cuerpos de 50 kilos que, al contacto con mis 2 metros, salían rebotados como si fueran pelotas de frontón. Cada cierta cantidad de improperios salidos de mi boca, mi novia tenía que censurarme, ya que debo suponer que rallaba la ordinariez.

Todo fue bien, hasta que llegué a mi coche y vi como algún cabrón me había arrancado la chapita de Ford que remata mi frontal. Esa chapita que había aguantado estoicamente 10 años al paso de la escoria por las cercanías de mi coche, acababa de sucumbir a algún hijo de puta que no tenía más entretenimiento que arrancarla de cuajo. Puede dar gracias a Dios, si es que cree en él, que no lo pillara con las manos en la masa, porque puedo jurar por mi madre, que le hubiera estado pegando de hostias hasta que escupiera cada uno de sus dientes. Esa rabia descontrolado sólo la entenderá quien tenga un coche y sepa lo mucho que jode que alguien te lo ralle, te parta un retrovisor o te haga un putada como a mi.

Sólo espero que el cabrón, que seguramente será uno de esos niñatos que va con los pantalones medio caídos, se pille la mano con alguna puerta y pierda alguno de los dedos con los que se saca los mocos... porque si yo lo hubiera pillado, tendría que aprender a sacárselos con el muñón.

2 comentarios:

RETALLETS dijo...

Jose soy Patri, y te entiendo perfectamente. A mí me arrancaron el embellecedor que da paso al tapón del depósito del gasoil, y si hubiera pillado al hijo de puta (II) que lo hizo le hubiera reventado la cabeza. Además fue debajo de mi casa, para mayor descaro. Pero no padezcas, seguro que ese subnormal va por la calle, se tropieza y le chafa la cabeza un autobús para regocijo de todos nosotros, víctimas de estos vándalos de pacotilla y pantalones cagaos.
El sábado nos vengaremos mientras chupeteamos unas gambas pensando que son sus ridículos sesos...

Anónimo dijo...

Estais muy equivocados, Jose como ya te comente en mi casa, la chapita de mi focus me la han arrancado 2 veces en tres años... pero lo jodido, es que a estos cabrones no se les coge, ya que tienen mucha suerte.
A nosotros si realizaramos una accion como, no llevar el cinturon, tomar una copa, exceder el limite de velocidad, aunque lo hicieramos por primera vez, a nosotros seguro si se nos pillaria.
Seguramente el mal nacido que te arranco la chapa, el que me la quito a mi cualquiera de las dos veces, o el que le quito a esta chica (Patri) el embellecedor, tener por seguro que estos ni se acordaran y ne se plantearan lo que han echo, y nosotros ciudadanos de bien, tenemos que aguantarles y sin poder hacer nada.
En fin no os calenteis la cabeza, esto a pasado siempre y seguira pasando, solo podemos rezar para no ser de nuevo nosotros las victimas.

Viva España y Viva el Rey.