El personaje sobre el que voy a hablar hoy es el impresentable de Gustavo Mascardi. Este deshecho humano pulula por el mundo del fútbol desde hace muchos años, salpicando de heces todo aquello que lo rodea cada vez que habla.
La última de Mascardi es el caso Ayala. Después de apalbrar una renovación más que merecida en el último partido de la temporada pasada, llega el mes de agosto, después del mundial, y el argentino le dice a Soler que ahora la situación es otra. Alargando la agonía del central, las relaciones se ensucian, llegando al punto de firmar un precontrato con los vecinos amarillos.
Es bueno hacer memoria, recordar las acusaciones del representante al presidente del Valencia en el tema de comisiones por la construcción del nuevo Mestalla, la lejana renovación del Piojo, con el sablazo que le pegó al muñeco diabólico de Cortés, el caso Aimar.... son tantas las veces que este personaje ha ensuciado el nombre del Valencia que debería declarársele enemigo público del club.
Erradiquemos esta gentuza de nuestro entorno y si Ayala, que recordemos tiene 34 añitos, quiere jubilarse en el submarino amarillo, veremos lo que disfruta sin jugar la Champions el año que viene y peleando por entrar en la UEFA.
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