viernes, enero 12, 2007

La cuesta de Enero??

Hoy me he pasado la tarde de tiendas. No soy un fan de las rebajas, pero cada año suelo comprarme alguna de esas supuestas gangas que se amontonan en las tiendas de ropa.

Una de las cosas que más me sorprenden es la ferocidad con la que sale la gente un 8 de enero, con los bolsillos llenos de afán consumista pero vacío de euros. Es aquí donde mi cabeza no acaba de concebir las rebajas. Después de un mes de diciembre lleno de gastos y un principio de año que remata los pocos billetes que nos quedan llegan las rebajas, y algo dentro de nosotros nos empuja a comprar cosas... cosas que la mayoría de veces acabarán devueltas a los pocos días de su compra.

Después de aguantar colas y esperas que sacarían de sus casillas al mismísimo Dalai Lama, he vuelto a casa en un río de coches. Gracias a la visita de Fernando "Cabezón" Alonso tenemos de nuevo la ciudad sumida en el caos.

El remate de mi día llega en un despiste... no hay coca colas en la nevera. Salgo dispuesto a realizar una compra rápida, apenas 4 minutos me separan de un Consum. En el momento en el que me pongo en la cola, siendo el segundo imagino que no tardaré en salir, pero mi sexto sentido despierta.

Me doy cuenta que delante mia hay una señorita más pesada que un collar de melones. Empieza a sacar cupones de descuento para todos y cada uno de los productos que había metido en su carro, cupones que no excedían de 20 centímos cada uno. Mi paciencia ha ido menguando a medida que la vena de mi cuello aumentaba y el sudor recorría mi espalda.

Después de dividir su compra en 3 cuentas distintas, pasar todos tus cupones de mierda y ahorrarse la suma de 2 euros ha conseguido 2 cosas: crear una cola de gente cabreada de 12 personas y crear en mi cabeza la imagen de 8 botes de refresco metidos en una boca humana.

He llegado 20 minutos despúes de salir a mi casa, con 8 botes de cola, la camiseta sudada y con mala leche. Eso sí, me ha dado un buen tema sobre el que escribir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi ultima táctica para comprarme una camisa y no sufrir los estragos que podrían producirme la cola de pagar hice lo siguiente la deje tirada como cualquier cosa mas de las que habían me pire a dar una vueltecilla y al pasar por segunda vez por la misma tienda vi que solo habían tres personas en la cola y no treinta que eran las que habían zasss hecho a correr y siiiiiii la camisa es mia, jajajja.

Y despues de contarte tooooooodo esto me piro.

Bueno que eso te he encontrado por el 20 minutos me ha gustado tu blog sigue así. Un beso.

Landahlauts dijo...

Colas, colas, colas... en todos lados. En Zara, por ejemplo parece que te regalan la ropa.
Estamos aborregados.
Saludos desde Andalucía.