Como cada sábado, mi mañana se ha basado en hacer la compra semanal. Suelo moverme entre Mercadona y Carrefour... y hoy he picado en el atractivo "segundo artículo al 70%" y he vuelto al hipermercado.
Que la gente que va a Carrefour es variopinta, no hace falta que lo diga. Allí podemos encontrar toda clase de gente, desde los que van bien vestidos y son la peor escoria que te puedas echar a la cara... hasta los que están hechos unos harapientos y son lo que parecen. Gente abriendo los paquetes y comiendo siempre encuentras, bebiéndose los botes de refrescos o abriendo colonias y usando desodorantes... es el pan nuestro de cada sábado.
Lo peor de todo es la hora de pagar. No porque te toque soltar la pasta, sino por la cola que hay que hacer. Más de media hora un sábado a las 12, se supone que deberían tener casi todas las cajas abiertas, y tiene cojones que tenga que esperar para poder salir de allí. Y claro, con tanto tiempo parado te fijas en los demás.
Encuentras los niños poseídos por Satán, esos que no hacen más que gritar de forma estridente sin razón aparente... justo al lado de los padres, que deben estar sordos, ya que no les hacen ni puto caso. También tenemos las personas mayores, que suelen partir el carro en varios pagos. La primera mitad la pagan y después pagan el resto (no lo entiendo aún) ... y mejor aún los que dejan el pollo congelado encima de los caramelos que te ponen al lado de la caja porque han decidido en el último momento que no lo quieren. Pero los peores de todos son los que se meten en la caja "máximo 10 artículos" con el carro hasta arriba.
Esta escoria es la peor del mundo. Algunos se hacen los locos, como que no saben leer por si cuela. Otros incluso discuten con la cajera para intentar pagar, mientras otros clientes atónitos, con sus 3 o 4 paquetes de mortadela de oferta, tienen que esperar una cola que no les toca.
Desde mi humilde blog, invito a esta gentuza a que aprenda a contar hasta 10 y sean esos los artículos que pasen por la caja... el resto pueden dejarlos en su sitio o metérselos por donde quieran, pero tengan la caradura de pasarlos por la caja de los solteros.
Que la gente que va a Carrefour es variopinta, no hace falta que lo diga. Allí podemos encontrar toda clase de gente, desde los que van bien vestidos y son la peor escoria que te puedas echar a la cara... hasta los que están hechos unos harapientos y son lo que parecen. Gente abriendo los paquetes y comiendo siempre encuentras, bebiéndose los botes de refrescos o abriendo colonias y usando desodorantes... es el pan nuestro de cada sábado.
Lo peor de todo es la hora de pagar. No porque te toque soltar la pasta, sino por la cola que hay que hacer. Más de media hora un sábado a las 12, se supone que deberían tener casi todas las cajas abiertas, y tiene cojones que tenga que esperar para poder salir de allí. Y claro, con tanto tiempo parado te fijas en los demás.
Encuentras los niños poseídos por Satán, esos que no hacen más que gritar de forma estridente sin razón aparente... justo al lado de los padres, que deben estar sordos, ya que no les hacen ni puto caso. También tenemos las personas mayores, que suelen partir el carro en varios pagos. La primera mitad la pagan y después pagan el resto (no lo entiendo aún) ... y mejor aún los que dejan el pollo congelado encima de los caramelos que te ponen al lado de la caja porque han decidido en el último momento que no lo quieren. Pero los peores de todos son los que se meten en la caja "máximo 10 artículos" con el carro hasta arriba.
Esta escoria es la peor del mundo. Algunos se hacen los locos, como que no saben leer por si cuela. Otros incluso discuten con la cajera para intentar pagar, mientras otros clientes atónitos, con sus 3 o 4 paquetes de mortadela de oferta, tienen que esperar una cola que no les toca.
Desde mi humilde blog, invito a esta gentuza a que aprenda a contar hasta 10 y sean esos los artículos que pasen por la caja... el resto pueden dejarlos en su sitio o metérselos por donde quieran, pero tengan la caradura de pasarlos por la caja de los solteros.
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