Autocine...

Si lleváis tiempo leyéndome, o me conocéis, no es difícil saber que odio todo aquello que rodea las salas de cine. La gente que devora palomitas, nachos, la que comenta cada escena, la escoria que pone sus apestosos pies sobre el respaldo de delante... Sinceramente, creo que hay gente que debería tener una identificación de "ciudadano decente" para acudir a lugares públicos... claro que seguro que Zapatero le daba "papeles a todos".

Pues últimamente le estoy cogiendo el gustillo al autocine. Lo que en principio fue un capricho de la parienta, se ha convertido en diversión y una bonita forma de ahorrarme la compañía antes mencionada. Porque tu llegas con tu coche, con tu comida y tu bebida de casa... y te colocas donde puedes, en tu coche, en tu asiento. Puedes hacer comentarios, ya que nadie te escucha... lo oyes perfectamente en tu radio-cd... Tienes todas las ventajas de no ser molestado, además de poder ver dos películas por el precio de una... algo que no veía desde el cine Chaplin de mi pueblo.

La verdad es que voy a tardar en volver a disfrutar de la compañía de esos maleducados, víctimas de la Logse, mientras el autocine siga abierto en Valencia.