Lanzarote I

Acabado de aterrizar desde Lanzarote no podía esperar a dejar plasmadas mis impresiones de esta salida estival.

No voy a centrarme en el hotel, ni los paisajes, ni en el avión... mejor hablamos de la gentuza que campa por este país. Primera excursión, Lanzarote Norte.

En un grupo homogéneo de gente destacaba una familia en particular. Con padre gallego, orondo y que parecía creerse la reencarnación de Don Pío, esposa inglesa y pareja de hijos de habla extranjera. La mayor con las tetas recién crecidas, el pequeño con flequillo recién dejado. Era la típica familia de impresentables, que no hacen cola para nada, a los que aguantamos comentarios impresentables del padre... que era capaz de ofrecer la idea de montar una bodega de vinos en unas cuevas centenarias de Lanzarote, soltar una carcajada y girarse para observar nuestras miradas incrédulas ante tantas tonterías juntas.

Segunda excursión, Lanzarote Sur. Vuelve a destacar un catalán, con mujer a la que ignora, y de nuevo pareja de hijos. Este tipo es diferente. Es el típico pobre desgraciado que se casa de penalty, joven, que se cree que aún tiene 20 años, e intenta mezclarse con otros turistas de esa edad. Comentarios "graciosos", ideas para montar un complejo de apartamentos como en Benidorm en pleno parque natural, vaciladas del tipo "vivo en la sierra de Barcelona, no oigo a nadie en mi chalet de 50 millones"... habrá que ver el chalet. No lo tiré ladera del volcán abajo porque en el fondo tenía curiosidad... y conforme pasaron los días se dispersaron mis dudas... este personaje no tenía camisetas con mangas, era Chuck Norris, con sus camisetas desmangadas, sus gafas de sol y su pelito ochentero... la madre que te parió Antonio (por si me lees).

No hay nada como salir de tu casa para ver la gentuza que se mueve entre maletas y habitaciones de hotel... Seguiremos comentando este viaje,