
La vergüenza es curiosa... aparece cuando menos la necesitas y en ocasiones agradecerías tenerla para según qué cosas.
El sábado no la tuvo mi pequeño Faraón. Ante un triste Villarreal y jugándote las pocas opciones de liga que te quedan no puedes tener una falta de ambición en tu casa. Cañizares tampoco la tuvo, ni Angulo y el gitano de Ayala (siempre movido por bello cantar del dinero).
Tampoco lo tuvo el mismo día el Pamesa. Un nuevo proyecto que llega renqueante a los play-off y se estrella ante la evidencia, las cosas llevan tiempo sin hacerse bien.
El domingo cambia el panorama. La vergüenza no se pasó por la sede del PSOE en Valencia. Alborch ha sido vapuleada cual pulpo antes de cocinarse. Pla sigue sin darse cuenta de que sobra, de que nadie en Valencia confía en su cara de "quehagoyoaqui" ni su voz de borracho mañanero.
Todos acarreamos alguna vez con la vergüenza, algunos más a menudo que otros, pero lo importante es saber llevarla, saber encajar el golpe y levantar la cabeza. Muchas veces nos sirve para espabilar y darnos cuenta de qué camino debemos de seguir... lamento mucho que este blog no pueda leerlo toda la gente para darse cuenta de ello. Quique debe darse cuenta de que es un entrenador para mitad de tabla, Cañete de que ha pasado su mejor momento, Angulo de que no se puede enfadar a tanta gente a la vez si no eres muy malo... y tantos otros que deberían aprender de la vergüenza y encauzar su vida.